lunes, 13 de julio de 2020

Conquista del Imperio Inca




Factores que contribuyeron a la Conquista

   Superioridad tecnológica.  

Hubo diversos recursos que marcaron la superioridad tecnológica de los conquistadores españoles sobre la resistencia inca. Las armas son los artefactos en los que más evidente es esta diferencia tecnológica. La ventaja que otorgaban las armas de fuego a los españoles; frente a los arcos y flechas, las macanas, las lanzas y las cachiporras de los incas fue considerable.

Nuevos animales.
 
  Sin embargo los animales fueron también herramientas fundamentales como elementos de intimidación utilizados por los españoles contra los incas. En este sentido los caballos fueron determinantes, no sólo como herramienta de intimidación, si no también como medio que facilitó y dinamizó la movilización de los conquistadores. Los perros de los conquistadores causaron, asimismo, pavor entre los indígenas por su ferocidad que, habiendo sido exacerbada para la guerra de reconquista española, se utilizó también como arma en la conquista de América.
 
Enfermedades y epidemias.

   Las epidemias y enfermedades que llegaron a América con los conquistadores europeos debilitaron y diezmaron la población nativa de todo el continente. Sin embargo el caso del Perú fue particular. Enfermedades como la viruela y la influenza llegaron antes que los conquistadores a los territorios del Tahuantinsuyo. Por esta razón, cuando los primeros españoles llegaron a Tumbes, las enfermedades y epidemias ya tenían varios años ocasionando muertes y debilitando la salud de la población del imperio. Incluso se cree que el Inca Huayna Cápac y el Auqui elegido para su sucesión perecieron víctimas de la viruela, casi 10 años antes que la expedición de Pizarro llegara a la zona de Tumbes.
En todo caso, es evidente que la propagación de enfermedades contribuyó de manera determinante al éxito de la conquista al haber debilitado y aniquilado a gran parte de la población del Tahuantinsuyo.

Pugnas dentro del Tahuantinsuyo

La llegada de los españoles al Tahuantinsuyo coincidió con la lucha interna que Huascar y Atahualpa, ambos hijos de Huayna Capac, sostenían por el control del imperio incaico. Esta lucha que por mucho tiempo fue descrita como una guerra fratricida que demostraba la decadencia del imperio, al parecer no fue sino la repetición de las guerras rituales tras la muerte de un inca. La sucesión no existía dentro del Tahuantinsuyo, la elección del Inca se realizaba entre los jóvenes más aptos y que mejores condiciones reunían para el mando.
Estas batallas eran parte de un rito cíclico que se realizaba a la muerte de cada inca. El rito coincidió con la llegada de los peninsulares, quienes se valieron de dicho enfrentamiento para tomar control sobre el Tahuantinsuyo.

Llegada y conquista del Perú

   Preparativos y acontecimientos en Cajamarca
 
En el año de 1530, una vez reclutados los 180 hombres que conformaron la expedición, se inició en tercer y definitivo viaje de la empresa conquistadora del Perú.
Al llegar a Tumbes se encontraron con que el poblado había sido arrasado. Gracias a los intérpretes que habían capturado en su segundo viaje; y a los que habían logrado enseñar el castellano de alguna manera; Pizarro y sus hombres se enteraron de la guerra que estaba librándose entre Huáscar y Atahualpa por la sucesión al poder en el Tahunatinsuyo. Asimismo supieron que el poblado de Tumbes apoyaba a Huascar; y que esa había sido la razón de su destrucción en manos de las fuerzas del ya inca Atahualpa.
    Pizarro y la gran mayoría de sus hombres (165) continuaron, sin embargo, la expedición con rumbo a Cajamarca, donde se decía se encontraba el inca Atahualpa.
El 15 de noviembre de 1532 las huestes conquistadoras alcanzaron dicho emplazamiento luego de atravesar la Cordillera de los Andes. Sin embargo el inca no se encontraba en la ciudad. Pizarro envió a un grupo de jinetes a la cercana Pultumarca donde Atahualpa y su ejercito habían acampado. Durante dicha entrevista el nuevo inca exigió a los españoles que respondieran y rindieran cuentas por todo lo que habían tomado del Tahuantinsuyo desde que habían puesto pie en dicho territorio; y además accedió a entrevistarse con ellos en la ciudad de Cajamarca al día siguiente.

Captura del Inca
 

Encuentro de Atahualpa y Pizarro en Cajamarca según el cronista Huaman Poma de Ayala

 
   Al aceptar Atahualpa la entrevista en Cajamarca, Pizarro y sus expedicionarios planearon una emboscada en la plaza central de la ciudad. Las huestes conquistadoras permanecieron toda la noche en guardia, apertrechada en los edificios que colindaban con la plaza. Finalmente Atahualpa llegó a la ciudad de Cajamarca, transportado en su litera y acompañado de una inmensa corte.
   A pesar de que el inca era consciente de que lo esperaba una emboscada, tenía la seguridad de que la pequeña hueste española no sería un enemigo difícil de vencer.        Tal sería sus confianza que sus soldados ni si quiera ingresaron armados a la plaza de la ciudad. A su encuentro salió Fray Vicente de Valverde. Haciendo uso de los servicios de sus inadecuados intérpretes (cuya lengua nativa era distinta del quechua y del castellano, por lo que tenía un pésimo manejo de ambas) el sacerdote intentó presentar al inca el requerimiento de someterse al emperador Carlos V y abrazar la religión católica. Incluso si se hubiera podido superar la barrera del idioma, resultaba más que imposible que Atahualpa o cualquier hombre andino, comprendiera lo que implicaba la figura del requerimiento. Este concepto lleno de sentido y de significado en la Europa de la época, no tenía parangón en la sociedad inca.
   Este abismo cultural habría desencadenado el principio del ataque. Se dice que el clérigo entregó a Atahualpa una Biblia. Este acto representaba de manera simbólica la entrega de la revelación cristiana. Atahualapa, ante la imposibilidad de comunicarse, y careciendo totalmente de una noción de escritura que le permitiera sospechar qué era lo que tenía en las manos; arrojó el libro y exigió airadamente que los españoles devolvieran todo lo que habían ido tomando a su paso por el Tahuantinsuyo.
Fray Valverde, que tampoco comprendía ni la lengua, ni los códigos andinos; consideró la reacción de Atahualpa como un abierto sacrilegio. El clérigo huyó ofendido y dio el llamado de ataque a los soldados que esperaban la señal del sacerdote.
Los españoles iniciaron el ataque al grito de Santiago. Las espadas, los caballos y las pocas armas de fuego con las que atacaron al ejército inca fueron suficientes para apabullar al adversario. Al terminar la batalla miles de indios habían perecido, mientras que la mayoría huyó de la plaza, ocasionando en su huída, la única baja del ejército español: un esclavo negro que murió arrollado por la multitud. Ante el abandono de su ejército, Atahualpa fue derribado de su litera por el mismo Pizarro, que junto con otros soldados, tomó al inca prisionero.

El rescate mejor pagado de la historia.

   Atahualpa, buscando la manera de ganarse la amistad de sus captores, y habiendo descubierto cuánto ambicionaban estos el oro y la plata; ofreció a los españoles llenar un cuarto dos veces de plata y una de oro. Los españoles nuevamente tergiversaron la intención del inca, entendiendo el ofrecimiento como un rescate.
   Los españoles accedieron al ofrecimiento y vieron finalmente aparecer el tan anhelado botín, que era traído a Cajamarca desde cada punto del imperio. Los propios españoles comenzaron a formar parte de las comitivas que traían los objetos de metal, y muchos volvieron de Pachacamac y del Cuzco con verdaderos tesoros. Sin embargo a pesar de que Pizarro reconoció al mismo Atahualpa que la promesa estaba cumplida no lo liberó. Por un lado se sentía más fuerte al haber llegado Diego de Almagro con los esperados refuerzos. Asimismo los constantes e inquietantes rumores de que grandes ejércitos incaicos se aproximaban con la misión de liberar a Atahualpa; habían calado y puesto en alerta a Pizarro. De esta manera, los españoles recibieron el prometido tesoro, pero no cumplieron con liberar al inca por motivos de seguridad. El rescate, como lo entendieron los españoles, ascendió a 971,125 pesos de oro y 40,860.3 marcos de plata y se reconoce como el rescate más alto pagado en la historia de la humanidad. Hoy se calcula equivaldría a 9.120 millones de dólares.
   Finalmente, al intensificarse los rumores de los ejércitos liberadores que venían en pos del inca, se hizo evidente que conservar a Atahualpa era tan peligroso como liberarlo. La ejecución de Atahualpa fue la mejor solución que algunos conquistadores encontraron para esta encrucijada; y el supuesto acecho de los ejércitos incaicos terminó por convencer al resto de españoles. El inca Atahualpa fue ejecutado el 26 de julio de 1533 mediante garrote vil (se ataba a un poste a la persona y se lo ahorcaba con un pedazo de cuero o cuerda que se retorcía mediante un torniquete).
   Resulta paradójico que luego de morir Atahualpa se haya descubierto que la amenaza de los ejércitos de liberación del inca era infundada. Una vez muerto el inca los españoles continuaron su expedición de conquista hacia el Cuzco, el corazón del imperio.

Preguntas:
  1. ¿Cuál de todos los factores que contribuyeron a la conquista te parece más importante? ¿Por qué?
  2. ¿Por qué no se pudieron entender el Inca Atahualpa y Fray Valverde?
  3. ¿El ataque español fue porque no se pudieron entender? ¿Qué buscaban los españoles?

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