lunes, 10 de mayo de 2021

la revolución cubana

 

campesinos cubanos en la década de 1950

La población en el año 1957 era solamente de 6.4 millones de cubanos, menos que la población de la ciudad de Nueva York, en una superficie mayor que la de Dinamarca, Bélgica, y Holanda juntas. El suelo es en extremo fértil, siendo más de la mitad del territorio cultivable. Cuenta con 3.500 kilómetros de costas, en donde se encuentran excelentes zonas pesqueras y muchas amplias bahías en forma de bolsa que dan lugar a soberbios puertos bien protegidos. Existen extensos yacimientos de hierro y de níquel de tal magnitud que se les considera entre los más importantes recursos potenciales del mundo. El cromo, el manganeso y el cobre se encuentran también en grandes cantidades.

Sin embargo la mayoría del pueblo de Cuba se encontraba en un estado desesperante de pobreza. El ingreso promedio per cápita era el equivalente a 312 dólares, lo que equivalía a 26 dólares por semana, aunque la mayoría de la gente recibía menos ingresos.

 Condiciones de vida

 Solo un 32.5% de las viviendas tenía agua corriente y un 28% servicio sanitario interior. Mientras que respecto a la población rural, un 54.1% no disponía de servicio sanitario alguno ni siquiera de una letrina.

Con la falta de sistemas apropiados de agua y alcantarillado, con tantos cubanos comiendo poco y mal, dada su pobreza, con la casi total ausencia de la enseñanza de los fundamentos de una buena higiene, con la casi total ausencia de asistencia médica para las masas rurales, es fácil comprender por qué las condiciones de salud en eran deplorables. Manteniéndose  la malaria, la tuberculosis y la sífilis sin poderse erradicar. La tasa de mortalidad infantil era superior a 60 niños muertos por cada 1 000 nacidos vivos, y la expectativa de vida no pasaba de 55 años.

En las zonas rurales en particular un gran número de niños se infectaban con lombrices parasitarias, sufren horriblemente y fallecen de una muerte dolorosa. Ray Brenan, periodista de Chicago, hace un vívido relato de este horror:

“Los parásitos crecen y se multiplican en los cuerpos de los niños pequeños. Algunas de estas lombrices, del tamaño de un lápiz corriente, se unen en grupos o bolas, tupiendo el sistema intestinal, impidiendo defecar, y causando muertes angustiosas. Tales parásitos a menudo penetran en el cuerpo a través de las plantas de los pies de los niños que caminan sin zapatos en tierra infectada. Después que un niño muere, los parásitos pueden deslizarse fuera de la boca y fosas nasales, buscando un organismo vivo del cual alimentarse. ¿Qué se ha hecho para corregir esto a través de los años? Nada.”

Muchas familias simplemente no tenían lo suficiente para comprar la comida que necesitaban, pero otras gastaban casi todo lo poco que tenían en alimentos feculentos (harinas), más baratos, en vez de verduras que contuviesen las vitaminas que necesitaban.

La ley cubana hacía obligatoria la asistencia de la escuela por ocho años, pero el gobierno no suministraba los maestros, escuelas y equipos que hiciesen posible el cumplimiento de la ley. (Para los hijos de los ricos claro está hacía escuelas privadas). El censo de 1943 mostró que sólo un 35.1% de los niños de edad escolar asistían a clase. Las estadísticas del período 1949 – 1950 recogidas por la Misión Económica y Técnica del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento en su “Informe sobre Cuba” de 1950, mostraban que “mientras 180.370 niños comienzan el primer grado, sólo 4.852 llegan al octavo grado”. En el censo de 1953 se les preguntaba a los cubanos si sabían leer y escribir en cualquier idioma. Se encontraron que el 23.6% de la población no pudo pasar la prueba. ¡Cerca de una de cada cuatro personas, de 10 años o más, no podía leer ni escribir!

También una de cada cuatro personas de la fuerza de trabajo se encontraba desempleada en forma permanente. Y 1953 no fue un año particularmente malo. Por el contrario, fue un año bastante bueno: puede asegurar que esta cifra de desempleo de uno de cada cuatro, era normal en la Cuba pre – revolucionaria.

 El monocultivo asfixiante

cortando caña de azúcar

 
Esta desocupación estaba originada en que la economía cubana giraba en torno al monocultivo del azúcar. Buena tierra, un clima cálido y una humedad considerable son necesarios para cultivar caña de azúcar. Su economía entera llegó a desenvolverse alrededor de la cantidad y el valor de su zafra de azúcar.

La cantidad de azúcar producida determinaba cuantos trabajadores tendrían trabajo y por cuanto tiempo trabajarían, el tráfico de los trenes, la actividad en los puertos, las ventas en las tiendas, la asistencia a los cines. Todo se apostaba a un producto que tenía que ser vendido en mercados extranjeros incapaces de absorber todo lo que podía producirse.

El problema era también que la industria azucarera alrededor de la cual se desenvuelve la vida económica era una industria de temporada. Si la temporada de trabajo fuese larga, y el tiempo muerto corto, entonces no importaría tanto. Pero era exactamente lo contrario.

Esto hacía que el machetero (474.058 personas) y su familia debiera asumir la mera supervivencia 8 meses al año, reduciendo su dieta, comiendo banana, boniato, malanga y yuca[1].

A pesar de que los trabajadores de la industria azucarera llevaban una vida miserable, los dueños de los latifundios azucareros ganaban mucho dinero, aumentando sus hectáreas de tierra e instalando maquinarias de refinación mejores y más grandes en sus centrales. El censo agrícola de 1946 reveló que el 8% de las fincas totales eran propietarias del 71.1% de la tierra, mientras que las fincas pequeñas de menos de 10 hectáreas (un poco más grande que una cancha de fútbol) tenían apenas el 3.3% de la superficie. De ese 8% 114 fincas, o sea menos del 0.1% de número total de explotaciones, eran propietarias del 20.1% de la tierra. Dichos latifundios eran propiedad, esencialmente, de capitales estadounidenses.

 Intervención norteamericana

 Pero no solo en la propiedad de la tierra los estadounidenses predominaban. A partir de su intervención militar a fines del siglo XIX, pretextando ayudar a los cubanos en su guerra de independencia contra España, y luego de derrotada ésta, establecen una Constitución que recoge los contenidos de la llamada “Enmienda Platt”. Allí se sostiene que “El Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos puedan ejercitar el derecho de intervenir para la preservación de la independencia de Cuba, el mantenimiento de un gobierno adecuado para la protección de las vidas, propiedades y las libertades individuales…” (ART. III), así como venderá o alquilará a EE.UU. la tierra necesaria para bases navales de la marina del mismo a fin de “permitir mantener la independencia de Cuba” (ART. VII).

Entonces los capitalistas de Estados Unidos pudieron tomar realmente las riendas económicas de Cuba, viéndose favorecidos en sus negocios por la administración corrupta cubana. Los contratos de obras públicas, las concesiones especiales de tierras cenagosas y reservas forestales, los derechos a construir y operar ferrocarriles y a dragar los puertos, dieron a los astutos negociantes norteamericanos ganancias que se contaban por millones de dólares.

De mayor importancia eran las ganancias que provenían de la entrada de capitales norteamericanos en la producción azucarera en gran escala. En 1901 la United Fruit Company compró una vasta extensión de más de 70.000 hectáreas e instaló dos ingenios azucareros. Otros grandes empresarios compraron extensas propiedades y todas ellas presionaron a Washington para lograr un arreglo por el cual el azúcar por ellos producido pagara menos arancel que otros azúcares extranjeros. Cosa que lograron en 1903.

A partir de allí se diversificaron las inversiones norteamericanas a tal punto que ocupaban todos los sectores claves de la economía cubana, reforzando así la dependencia con Estados Unidos. El Departamento de Comercio de ese país informaba en 1956 que “Las únicas inversiones extranjeras importantes son las de los Estados Unidos. La participación norteamericana excede del 90% de los servicios telefónicos y eléctricos, del 50% de los ferrocarriles y aproximadamente del 40% de la producción de azúcar crudo. Los bancos norteamericanos obtenían el 30% de los depósitos. Cuba ocupaba el tercer lugar en Latinoamérica en cuanto al valor de las inversiones directas de los Estados Unidos en 1953, siendo superada solamente por Venezuela y Brasil"

 La lucha armada

 Desde comienzos de la década de 1950 en América Latina se estaba en un ciclo de movimientos nacionalistas y antiimperialistas, que muchas veces era contestado con medidas autoritarias o golpes de estado. En ese panorama la situación de Cuba después del 10 de marzo de 1952 corre paralela a la crisis general. Fecha en la que el coronel Fulgencio Batista encabezó un golpe de estado, lo que hacía aparecer la vía jurídico – civil como cancelada a manos de la dictadura.

Fulgencio Batista

 El Parlamento fue disuelto y las autoridades depuestas. Batista, cuyo gobierno autoritario era conocido desde los años 1934-1937, en esta ocasión generalizó la omnipotencia de los jefes de los cuerpos armados e hilvanó un equipo político con buena cantidad de elementos conservadores procedentes de los partidos tradicionales.

El rechazo popular al régimen se constituía desde marzo de 1952 como un movimiento general dentro de cuyo seno surgió la vanguardia revolucionaria. Con Fidel Castro al frente, un grupo de jóvenes asaltaba el 26 de julio de 1953 los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo, esperando que marcara el comienzo de una insurrección generalizada.

A pesar del fracaso de tal iniciativa, el asesinato de varias decenas de jóvenes, la generalización de la represión, la actitud denunciadora de los acusados por el asalto en el juicio que se les hizo, el movimiento de solidaridad para la liberación de los presos políticos y el auge huelguista del movimiento sindical, contribuían a alentar la protesta popular y la soledad del gobierno.

 

La Sierra Maestra

 

en la sierra maestra

En 1954 Batista es elegido presidente en comicios fraudulentos donde era candidato único, e intenta medidas de distensión ante la protesta popular. Esta situación le llevó a liberar a los asaltantes del cuartel Moncada, quienes comenzaron a organizar el Movimiento 26 de Julio. La dictadura los persiguió por lo que debieron exiliarse en México, donde, bajo la dirección de los hermanos Fidel y Raúl Castro, así como la incorporación de Ernesto “Che” Guevara, planificaron la invasión armada por parte de 82 hombres para iniciar la siguiente fase revolucionaria.

El yate Granma, que transporta a los revolucionarios, llega a la costa sur de la provincia de Oriente el 2 de diciembre de 1956. Bajo la dirección de Frank País un enérgico movimiento urbano de apoyo a los expedicionarios comenzó el 30 de noviembre en Santiago de Cuba. Durante aquel día dicha ciudad estuvo en manos de los destacamentos del Movimiento 26 de julio.

Los primeros choques fueron adversos a los guerrilleros, quedaron diezmados (12 sobrevivieron al ataque inicial de las fuerzas gubernamentales), pero un pequeño grupo logró internarse en la Sierra Maestra. Allí se adiestraron, se identificaron con el medio, establecieron su red de apoyo y engrosaron  sus filas con militantes campesinos y urbanos. En 1957 obtenían sus primeras victorias mientras la pelea en las ciudades adquiría más intensidad precisamente por la existencia del grupo guerrillero.

Desde Sierra Maestra el movimiento guerrillero se va consustanciando con los campesinos que lo apoyan en forma creciente, implementando un nuevo tipo de “gobierno” en las zonas liberadas, y forjando su proyección nacional. Estimula y canaliza los avances de la oposición en las ciudades, que muestra audacia creciente, pese a una represión cada vez más salvaje.

El 13 de marzo de 1957 se producía en el centro de la capital el ataque y la ocupación del Palacio de la Presidencia, donde los organizadores de aquella acción (Directorio Revolucionario) intentaban ajusticiar al dictador. Simultáneamente otro grupo tomaba Radio Reloj y difundía una proclama llamando a sumarse a la lucha.

La réplica del régimen fue acentuar la represión en la ciudad y el campo. Se asesinaba a los opositores o sospechosos de serlo, dejando sus restos abandonados al azar para que toda la población lo sepa y reciba el mensaje. Sin embargo, nada podía detener al movimiento revolucionario.

El 5 de setiembre de 1957 un numeroso grupo de miembros de la marina de guerra se apoderó de la base naval de Cienfuegos y unido a los combatientes del 26 de Julio, ocupan la ciudad, arman a voluntarios del pueblo y libran una batalla desigual contra las fuerzas de aire y tierra de la dictadura. Ésta recibía asesores militares y armamentos de los Estados Unidos. Miles de bombas caían en las zonas campesinas de la Sierra Maestra. Sin embargo la guerra se extendía: en las montañas del norte de Oriente se formó el segundo frente Frank País.

A principios de 1958 el ejército rebelde estaba en condiciones de resistir los sucesivos ataques del ejército gubernamental y aún más, de extender al llano sus actividades. Estos éxitos de la vanguardia armada inspiraban la lucha en todo el país. En abril de ese año, una huelga general que no logró desarrollarse hasta sus últimas consecuencias, arrastró a miles de cubanos.

Vencida la más poderosa ofensiva de la dictadura, el ejército rebelde destacó las columnas de los comandantes Ernesto “Che” Guevara y Camilo Cienfuegos para invadir la región central del país. Destruir el poderío del enemigo en el occidente había sido una constante línea estratégica de la revolución.

Una maniobra política llegó como inútil recurso de la dictadura: se convocó a elecciones destinadas a fraguar una salida a Batista y a crear mínimas ilusiones de un arreglo de paz. Situación rechazada por las fuerzas revolucionarias que coordinaban acciones (26 de Julio, Directorio Revolucionario y Partido Socialista Popular). Al mismo tiempo el ejército se replegó en ciudades y cuarteles corroído por el miedo y la corrupción.

A mediados de diciembre pueblos y ciudades importantes de Oriente y Las Villas eran tomadas por las columnas insurgentes. El dictador huyó con sus principales cómplices en la madrugada del 1 de enero de 1959 cuando ya no quedaba duda que Santiago de Cuba y Santa Clara caían en manos de los rebeldes.

En La Habana ciertos jefes del ejército y políticos tradicionales organizaron un gobierno “constitucional” concebido para impedir que las fuerzas revolucionarias accedieran plenamente al poder. Desde Oriente el comandante en jefe llamó a una huelga general que se produjo con extraordinaria firmeza en toda la nación, proclamó el gobierno provisional en Santiago de Cuba y ordenó a los comandantes Guevara y Cienfuegos marchar sobre La Habana.

De la revolución nacional a la socialista

 

acto de declaración socialista de la revolución

El 1ero de enero de 1959 los barbudos guerrilleros entran en triunfo en una capital en delirio, previamente abandonada por Batista, que parte al exilio. Es el triunfo de una revolución que si bien se planteaba cambios estructurales aparece como una redención moral y de realización nacional frente a tantos años de subordinación a EE.UU. y de democracia frustrada.

Sin embargo, en un corto proceso de dos años, la revolución va a ir adquiriendo cada vez más las características de una revolución social y antiimperialista. Varios autores sostienen que la acción del gobierno de dicho país incentivó ese curso al tomar medidas crecientes contra lo que consideraba un ataque a sus intereses, como la reforma agraria o la expropiación de empresas petroleras que se negaban a refinar petróleo comprado a la Unión Soviética. 

Así redujo y luego suprimió la cuota cubana de compra de azúcar con beneficios impositivos, estableció las primeras medidas de bloqueo a la economía de la Isla, que continúa hasta hoy, y promovió el aislamiento diplomático en América, al cual se plegaron casi todos los países, llamando a detener la "expansión del comunismo" en el continente.

 Luego de fracasada la invasión de “Playa Girón” por parte de mercenarios cubanos apoyados por barcos y aviones de EE.UU. en 1961, los dirigentes de la revolución declaran su carácter socialista y refuerzan las relaciones del país con el "campo socialista".

dirigentes encabezando movilización en La Habana


 Preguntas:

  1. ¿Cómo describirías las condiciones de vida de la mayoría del pueblo cubano?
  2. ¿Qué consecuencias tenía para Cuba depender de la producción de azúcar?
  3. ¿Cómo influyó la lucha guerrillera en el enfrentamiento a la dictadura de Batista?
  4. ¿Por qué la revolución cubana va a derivar en un corto plazo hacia el socialismo?


[1] Malanga: Planta de hojas grandes acorazonadas, tallo muy corto y tubérculos comestibles, que se cultiva en terrenos bajos y húmedos. Yuca: planta de raíz gruesa, de la que se saca harina alimenticia.